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417 pages, Paperback
First published January 1, 2012
El gran tema de Chéjov es la libertad, o, mejor dicho, la falta de libertad interior en los hombres de su tiempo [...], la incapacidad de los seres humanos de ser ellos mismos, de hacerse cargo de su propia vida [...].-Ricardo San Vicente, en el prólogo a esta edición.
Los desgraciados son egoístas, malévolos, injustos, crueles, y menos capaces de comprenderse mutuamente que los imbéciles. La desgracia no une a las gentes, sino que las separa; y donde debería parecer natural que el dolor común debería fundirlas hay mucha más injusticia y crueldad entre ellas que entre las relativamente contentas.-Enemigos
Cuando en una familia hay un enfermo ya sin esperanzas de sanar y tarda en morirse, a veces se suceden momentos penosos en que todos los allegados desean en el fondo de su alma que se muera. Sólo los niños temen la muerte de un ser querido y se horrorizan ante esa idea.-Campesinos
Me dicen que todo no puede hacerse de la noche a la mañana, que en la vida cualquier idea se hace realidad de modo paulatino, a su tiempo. Pero ¿quién dice eso? ¿Donde está la demostración de que eso es justo? Ustedes se remitirán al orden natural de las cosas, [...] pero ¿que orden y ley hay en el hecho de que yo, un hombre que vive y piensa, me encuentre ante un foso y espere que este se llene por sí solo o que se cubra de barro, cuando podría saltarlo o construir sobre él un puente? Y nuevamente digo: Esperar, ¿en nombre de qué? Esperar cuando no haya fuerzas para vivir, ¡y entre tanto hay que vivir, hay ganas de vivir! [...] ¡No se deje hundir en la calma, no se adormezca! ¡Mientras sea joven y fuerte, mientras se sienta con ánimos, no deje de hacer el bien! La felicidad no existe y no tiene que existir, y si la vida tiene un sentido y un fin, este sentido no son ni mucho menos que nuestra felicidad, sino algo más razonable y grandioso. ¡Haga el bien!-La grosella