Italia es el quinto país que más turistas recibe al año, con unos 65 millones, mientras que España es segunda con 84, según el Barómetro del Turismo Mundial. Regiones como la Toscana, Lombardía, el Lacio o la Emilia-Romaña, que tiene algunas de las rutas ciclistas más impresionantes del país, son a menudo de las más visitadas. Precisamente la capital de esta última, Bolonia, también es una de las ciudades más impresionantes de toda Europa.
La urbe tiene un casco histórico de estilo medieval, solo equiparable al de Venecia (que empezará a cobrar a las turistas por entrar). Sus espectaculares templos cristianos, así como sus torres construidas en la Edad Media y sus extraordinarias plazas, dejarán con la boca abierta a cualquiera que ponga un pie en Bolonia. Además, su ubicación permite que se puedan realizar muchas excursiones a lugares cercanos muy interesantes.
Los lugares imprescindibles que visitar en Bolonia
Una de las principales razones de la fama de Bolonia son sus altísimas torres erigidas entre los siglos XII y XIII, aunque hoy en día solo quedan en pie una veintena. De todas ellas, las dos más conocidas son las de Asinelli y Garisenda (la primera de ellas roza casi los 100 metros de altura), que son las construcciones más emblemáticas de toda la ciudad.
Muy cerca de las dos torres se encuentra la Piazza Santo Stefano, que más que una plaza es un complejo de iglesias y palacios separados por apenas unos metros. Hasta siete impresionantes edificios se encuentran en apenas unos metros cuadrados, aunque el principal es la basílica que da nombre a todo el recinto. Además, a pocos minutos andando del conjunto eclesiástico se encuentra otra basílica, la de San Domenico, en la que se puede encontrar un arca esculpida por Miguel Ángel.
Una vez visitados los restos del santo que da nombre al templo, esperan las dos joyas de la corona: la Piazza Maggiore y la Basílica de San Petronio. La plaza, en cuyo centro destaca una impresionante estatua de Neptuno, está íntegramente rodeada de edificios emblemáticos, como el Palacio de los Bancos, el de los Notarios, el de Accursio, que es la sede del Ayuntamiento, y por la propia basílica, que se erige imponente en el horizonte de Bolonia.
La Basílica de San Petronio es una de las más gigantescas de todo el planeta y data de finales del siglo XIV. Construida en estilo románico, en su interior hay numerosas capillas góticas que dotan de aún más magnificencia a la que es la quinta iglesia más grande del mundo. A pesar de sus enormes dimensiones, su fachada no está terminada, pero eso no le resta esplendor a un templo que fue escenario de la coronación de Carlos I de España y V de Alemania.
Estos son los monumentos imprescindibles que hay que visitar en un viaje a Bolonia, aunque si se tiene tiempo una gran opción es acercarse a los muchos palacios que hay repartidos por la capital de la Emilia-Romaña o el santuario de San Luca, el pórtico más impresionante de toda Bolonia y que también es el más largo del mundo.
Actividades y excursiones en Bolonia
En Bolonia hay una gran cantidad de actividades que hacer, desde irse de compras por el barrio del Cuadrilátero, degustar la auténtica gastronomía de la Emilia-Romaña en alguno de sus mercados, disfrutar de una ópera en el Teatro Comunale o seguir haciendo turismo acercándose a la Villa Spada, aunque una de las mejores excursiones que se puede hacer en un día si te hospedas en la ciudad es acercarse a un pueblo famoso alrededor de todo el mundo.
A menos de una hora en coche se encuentra el municipio de Maranello, hogar de la casa automovilística por excelencia: Ferrari. Los amantes de la automoción podrán entrar en el museo y ver en primera persona algunos de los coches más míticos de la Scuderia, así como monoplazas de Fórmula 1 de Fernando Alonso, Michael Schumacher y otros pilotos que han competido bajo el símbolo del 'cavallino rampante'.
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