Julio Vilamajó es una figura mítica de la arquitectura uruguaya, algo que se ve acrecentado por su participación en el comité que proyectó la sede central de la O.N.U. en Nueva York. Si bien estudiaremos su obra en una futura entrega del blog, podemos mencionar que ésta incluye edificios como la Facultad de Ingeniería, el BROU de Gral. Flores 2551, el planeamiento de Villa Serrana y su archiconocido Ventorrillo. Les paso este link  de la web de la Fac. de Arquitectura de la UdelaR ,con una reseña de la vida profesional del maestro y del que extraemos la siguiente fotografía.

Su vínculo con el C.A. Peñarol incluyó el gimnasio anexo a la sede de la calle Maldonado, que lucía un notable letrero pintado en la pared, cuya tipografía fue utilizada recientemente en una camiseta del club. Incluyo una foto de Javier Caula, en la que a pesar del abandono, puede verse el letrero en la fachada.

Pero la razón de ser de esta entrada es el proyecto de estadio, que el arquitecto elaboró para el club en 1929. En la web www.campeondelsiglo.com encontramos esta descripción del proyecto:

«Más tarde y con sucesivos presidentes ingenieros el club pretendió nuevas obras en 1929, Arturo Abella y Luis Giorgi lograron la concesión de tierras municipales en la zona del Parque Rodó para implementar allí un magnifico estadio proyectado por el Arquitecto Julio Vilamajó (el diseño elegido es la imagen que ilustra esta crónica). Una vez que el terreno estuviera pronto las obras de la primera etapa durarían 9 meses y representarían la construcción de una tribuna con capacidad para 11.300 personas, las etapas posteriores regalarían un megaestadio para 70.000 personas sentadas y espacio para otras 30.000 personas paradas, el costo final era de $ 600.000.

Se realizaron excavaciones, se colocó la piedra fundamental, aparecieron problemas con la empresa constructora, el suelo era más rocoso de lo previsto, se sucedieron inconvenientes con la financiación y el proyecto fue abandonado, las tierras se transfirieron a la Facultad de Ingeniería.»

En el texto podemos encontrar algunas claves para entender la propuesta de Vilamajó, que incluye algunos aspectos muy interesantes:

Dado lo ambicioso del proyecto, el arquitecto plantea una construcción en etapas, limitándose al principio a una tribuna principal. Los siguientes proyectos de Peñarol, abandonan esa idea y apuestan por un estadio completo, que puede ser ampliado, pero sin modificar mayormente su volumetría. Evidentemente la forma en la que se piensa gestionar los fondos, tiene mucho que ver con eso y termina incidiendo notablemente en la arquitectura.

Dicha tribuna principal tiene una fuerte influencia neoclásica, ya que es tratada como una escalera monumental, coronada por un pórtico coronado por una cornisa. Las tribunas restantes, de mucho menor porte y probablemente temporales, sin embargo apelan a una estética más acorde con las corrientes renovadoras que hacían su aparición en el rico ambiente arquitectónico de aquel entonces.

Vale recordar que este proyecto es apenas anterior al Estadio Centenario , que fue proyectado por un presidente del Club A. Peñarol, el Arq. Juan Scasso. Recordemos que Scasso tuvo un rol fundamental, en el armado del estadio de Pocitos.