¿QUE CONSTITUYE A UNA FAMILIA SÓLIDA?

Hay por lo menos seis cualidades principales presentes en las familias bien constituidas. Los padres de familia haremos bien en desarrollar estas cualidades en nuestros propios hogares a fin de establecer familias fuertes que honren a Dios.

Pasan tiempo Juntos.
Con esto nos referimos a tiempo fuera de lo común, es un tiempo de calidad con los hijos y con el cónyuge. Este no es el tiempo de comida o de ocio habitual en el hogar. Es más bien, un tiempo planificado y separado para dedicarlo íntegramente a pasarla bien en familia sin la necesidad de una fecha especial. Esto debe ser una constante si se quiere establecer y mantener un hogar sólido. (Efesios 5:16)

Buena comunicación.
Los buenos padres saben expresarse y saben brindar confianza a sus hijos (Col.3:12-17). La familia tiene tiempo para conversar sobre sus intereses y para contarse el uno al otro las experiencias vividas en el día a día. Esto equivale a saber hablar y saber escuchar muy bien. Las familias sólidas son las que han aprendido a interesarse el uno en el otro y pueden decirse sus puntos de vista sin temor a censuras o discriminación.

Se expresan mutuamente el aprecio.
El afecto abunda en una familia bien constituida (1 Pedro 1:22). Los padres se dedican a elogiar, abrazar, besar y acariciar a sus hijos y también entre esposos. Las palabras de afecto y cariño no faltan en el día, y siempre hay lugar para un abrazo familiar. Si alguien sale, al venir hay una muestra de aprecio y amor por parte de los demás que lo extrañaron sinceramente.

Compromiso espiritual.
Las familias fuertes tienen un gran compromiso con la vida espiritual (Josué 24:14-15). Esto va más allá de lograr ir juntos a la iglesia. En el hogar los buenos padres instruyen a sus hijos en los asuntos espirituales. Dios es considerado el miembro más importante en este tipo de familia.

Capaces de resolver problemas en situaciones de crisis.
Las familias sólidas han madurado lo suficiente como para que los problemas, en lugar de separarles, los unan mucho más. Las crisis son para resolverlas juntos (Lc.17:1-2). Cuando hay dificultades las familias sólidas están más unidas. Es importante que el padre de familia aprenda principios de resolución de conflictos, prevenir dichos conflictos, y enseñar a su familia cómo deberían manejar los problemas y situaciones difíciles. Todo esto nos pondrá a prueba, pero nos brindará madurez y bendición duradera.

Dedicación a la familia.
Esto es se trata de un compromiso con la vida familiar (1 Cor 13:4-7). La prioridad del esfuerzo y los recursos están dedicados a la familia. Hay un compromiso con la preparación diligente y en crecimiento para procurar el bienestar del hogar. Los padres que prefieren mucho más a sus propias familias, que a personas o satisfacciones ajenas, logran el primer paso para constituir un hogar feliz.

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